Texto y Foto: Luis Miguel Ruiz Gordón
Descripción
Se trata de una planta herbácea anual de la familia de las Papaveráceas (Amapolas) que resulta inconfundible tanto por su porte como por su aspecto. El tallo es recto y resistente, de color verde azulado, puede tener uno o más brazos y alcanza una altura entre 30 y 150 centímetros. Las hojas son verdes, alargadas, dentadas, onduladas y abrazan el tallo por ambos lados. Las flores brotan en el extremo de los tallos, tienen dos sépalos y entre 4 y 6 pétalos de color variable entre el rojo, rosado, malva y blanco, este último es el más común entre las plantas silvestres de la Península Ibérica. La corola puede alcanzar los 15 centímetros de diámetro y cuando se caen los pétalos, destaca en el extremo del tallo una cápsula que tiene forma esférica y rematada en su parte superior por una roseta plana con costillas radiales, bajo la cual se abrirán los orificios por los que se dispersarán las semillas al madurar. Las semillas son pequeñas bolitas muy abundantes de color pardo negruzco, con un tamaño inferior a medio milímetro.
Floración
Su floración puede acontecer de forma más o menos aislada y dispersa, pero generalmente brotan en rodales que pueden cubrir una gran superficie durante los meses de abril y mayo.
Otros datos
Su origen es oriental, pero hoy la podemos encontrar asilvestrada y repartida por numerosos puntos de nuestra geografía. La planta segrega un látex blanco venenoso del que se extraen sustancias de uso medicinal como el opio o la morfina. Esta planta se utiliza también como ornamental, sin embargo conviene saber que su cultivo puede ser penado por la Ley.
Viviendo entre plantas 